La competitividad en la escuela siempre está presente, en mayor o menor grado, de unos pocos alumnos de la clase o la gran mayoría y en todas las edades.
En cada edad está representada de diferente manera, en niños se puede notar a la hora de jugar, elegir juguetes, quien termina antes la tarea en clase o entre la familia o hermanos en casa.
En la adolescencia ya es más importante la competitividad porque ya pasa más a darse en el área educativa, trabajos en grupo en los colegios, lo que supone un alto nivel de interacción con los demás, cada uno con su personalidad y su manera de pensar, lo que supone crispaciones a la hora de realizar el trabajo. Esto puede ser positivo o negativo para cada uno, dependiendo de como maneje la situación. Hay algunos que lo toman como una manera de aprender cosas nuevas, relacionarse con los demás e integrarse en el grupo, por lo que el trabajo sale adelante satisfactoriamente, por el contrario hay personas que lo toman como una competitividad de quien hace más cosas o quien lo hace mejor, e imponiéndose ante los demás, haciendo su personalidad algo frustrante para el grupo, creando un ambiente muy crispado y que el trabajo no salga o se realice malamente.
Ya en la vida adulta, siempre, consciente mente o no, nos encontraremos con competitividad en la vida, en diferentes áreas, ya sea en la vida personal o laboral, ya que las personas siempre querrán abarcar más y aprender o conseguir más, y tendemos en general desgraciadamente a mirar por nosotros mismos, y no pensamos en ayudar al otro.
En conclusión, la competitividad si que existe y no solo en la escuela, empieza en casa, y somos nosotros los que debemos moderarla y controlarnos a la hora de trabajar, para que todos saquemos beneficios del aprendizaje.
Por lo que dices, entiendo que opinas que la competitividad bien encauzada es saludable. ¿Y respecto a la cooperación?, ¿se pueden compaginar ambas?
ResponderEliminarCreo que haciendo un buen uso de la competitividad, puede ser positivo y beneficioso para todos. La cooperación todavía resulta más beneficiosa, puesto que llevando todos el trabajo adelante, colaborando unos con otros, se obtiene un mayor éxito. La competitividad a la hora de trabajar entorpecería una buena cooperación entre compañeros.
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